Las cejas de Qiao Duo'er seguían fruncidas, ya que no podía evitar sentir que algo estaba mal en su corazón.
Era como si aceptar el regalo de Bai Yifan fuera traicionar a Tan Zhenghong.
—Creo que tu mentalidad no es la correcta ahora, tienes que tratarlo como a un amigo normal primero, solo entonces podrás interactuar con él de manera normal —aconsejó Tan Zhenghong.
Ahora, Qiao Duo'er siempre estaba alerta, pensando que Bai Yifan albergaba sentimientos amorosos hacia ella, así que no importaba lo que Bai Yifan hiciera, ella permanecía cautelosa.
Qiao Duo'er hizo un puchero:
—¿No te enojas?
—Todo esto es bueno para tu salud, ¿por qué habría de enojarme? Puedes aceptarlos con tranquilidad; yo cargaré con la deuda de gratitud por ti. Si aún te preocupa, después de que me haya ocupado de la Piel de Zorro Blanco, se la enviaré primero a la Vieja Dama Bai.
La Piel de Zorro Blanco era muy preciosa, especialmente la de su hogar, cuya calidad se consideraba de primera clase.