El Clan de Jiang quería taparle la boca a Pequeño Tesoro, pero al final fue un paso demasiado lento.
Los desvergonzados comentarios de Pequeño Tesoro hicieron que los espectadores maldijeran por lo bajo —¿podría ser más descarado?
—Los regalos de compromiso solos valen varios taeles de plata, y aún dice que lamenta los regalos de compromiso —se preguntaba con incredulidad—. ¿Acaso el cerebro de Pequeño Tesoro está enfermo?
—De tal palo, tal astilla —comentó alguien con desdén—. No es de sorprender viniendo de lo que es el Clan de Jiang.
—¿Qué saben ustedes? Los regalos de compromiso pueden parecer espléndidos, pero la mayor parte se va con Chao Lian —explicó otro—. ¿No vieron al Clan de Jiang recién, intentando quedarse con las joyas para ella misma?
—¿Podría ser que Pequeño Tesoro y el Clan de Jiang estén coludidos? —susurró alguien cercano.
Algunos entre la multitud levantaron las cejas —¿qué no hay que entender de este espectáculo?