—Si no fuera porque Shen Mianmian es demasiado joven, solo por su apariencia, sería la pareja perfecta para el Hermano Nan.
—Además, siempre sintió que había una inexplicable sensación de familiaridad acerca de Shen Mianmian, especialmente su sonrisa de ahora. Se sentía algo familiar, un poco como...
—Ruan Yiyang estaba profundamente pensativo cuando Li Yue de repente le dio un pellizco en el muslo.
—Él soltó un 'tsk' de dolor. —¿Qué estás haciendo?
—¿Qué estás haciendo tú? —replicó Li Yue, y le advirtió seriamente—. ¿Por qué estás mirando a Mianmian? Deja que te diga, guarda ese instinto de mujeriego. Esta es la casa del Hermano Nan.
—La persona frente a él podría llegar a ser la ahijada del Hermano Nan en el futuro.
—... —Ruan Yiyang se quedó sin palabras—. ¿Qué tonterías estás diciendo? ¿Cuándo he sido yo un mujeriego?
—Era verdad que a veces su boca era un poco descarada, pero él nunca había sido irresponsable.