—Xiaoyue...
Al escuchar a su hermano decir esto, Li Shiping aceptó el dinero, queriendo decir algo pero sin saber cómo expresarlo. Al comenzar a hablar, se le quebró la voz.
—Está bien, basta de charlas sentimentales. Tú eres mi hermana y yo soy el tío de tu hijo. No es gran cosa darle algo de dinero al niño para golosinas. ¡Vuelve a tu habitación! Si el niño despierta y no te encuentra, empezará a llorar y molestará a mamá y a papá —dijo Li Yue.
Li Yue empujó a Li Shiping fuera de la habitación, cerró la puerta detrás de ella y se fue al baño con su cambio de ropa.
Con el dinero en mano, Li Shiping regresó a su habitación, con los ojos ligeramente enrojecidos. De hecho, a veces se preguntaba, si en aquel entonces... Miró al niño dormido en la cama y sonrió tiernamente. El niño ya está tan grande, ¿de qué sirve vivir en el pasado?