—Aunque no era que realmente estaba cansada de comer carne, Xiaocui no estaba mintiendo; en la ciudad, mientras comía con Shen Mianmian, realmente podía comer carne en cada comida, a diferencia de en casa, donde no podían permitirse comer carne más de dos o tres veces al mes.
—Liu Da Nai sabía que su hija se preocupaba por ella y se rió —Nosotros también comemos carne bastante seguido en casa, no seas tan dura contigo misma en la ciudad. Cuídate bien.
—Su hija estaba solo en su adolescencia y ya era tan sensata, dándole todo su salario. Ya estaba muy contenta.
—Liu Da Nai comía rápido, y no pasó mucho tiempo antes de que terminara su comida. Se sentó un rato y luego dijo que quería regresar, pero Shen Mianmian la detuvo —Da Nai, no es fácil para ti venir a la ciudad. Quédate una noche y regresa mañana.