La noticia de que la Emperatriz Viuda Zhuang no podía comer fue rápidamente transmitida a la Familia Zhuang.
El Gran Tutor Zhuang, preocupado de que la Emperatriz Viuda pudiera estar enferma, prontamente invitó a los médicos reales a tomarle el pulso. Sin embargo, su pulso no indicaba problemas significativos. El médico especulaba que podría ser un asunto del corazón.
—Tal vez... es porque la Emperatriz Viuda ha estado fuera del palacio por mucho tiempo y ahora tiene algunas dificultades para adaptarse a estar de vuelta.
El Gran Tutor Zhuang replicó fríamente:
—Ella ha pasado toda una vida dentro de la Ciudad Prohibida, ¿no es acaso dejarla lo que no está acostumbrada?
Ella estaba volviendo a casa, ¿qué había allí para ajustarse?
—Tal vez... podemos permitir que los miembros de su familia pasen más tiempo con ella —sugirió el médico real.