Pobre Xiao Liulang entró pavoneándose en la habitación, dejando caer una caja de brocado el doble de grande que la de Xiaoshun sobre la mesa.
Los tres hermanos menores abrieron mucho los ojos, mirando la caja de brocado y luego a él.
—¿Qué es? —preguntó Xiaoshun.
Xiao Liulang respondió con acciones. Abrió la caja, sacando meticulosamente los objetos en su interior para exhibirlos en la mesa. El primer objeto era un símbolo del Palacio Renshou, el segundo, una perla luminosa del tamaño de un puño, seguido de una piedra de tinta de jade cálido milenario, y luego...
Se movía con gracia y sin prisa, y le tomó el cuarto de hora instrumental terminar de vaciar el contenido de la caja.
¡La mesa estaba completamente cubierta!
Los ojos de los tres jóvenes casi se salían de sus órbitas.
Xiaoshun se quedó boquiabierto, —¿Te dio todo esto la Abuela?
¡Cosas tan asombrosas!
Xiaoshun:
—¿Cuál es el mío?