Los médicos imperiales intercambiaron miradas antes de designar a Xing Jiang para que respondiera en su nombre.
Xing Jiang informó a Qi Yansong—Maestro Qi, la condición del Tercer Joven Maestro es muy compleja y severa. Necesitamos observarlo por un par de días más para confirmar si puede sobrevivir esta etapa crítica.
—¿Estás diciendo que la vida de mi hijo sigue en riesgo? —Qi Yansong sintió como si estuviera rodeado por un escalofrío glacial.
Xing Jiang se estremeció, pero solo pudo mantener su declaración anterior—Esa es la situación actual.
—¡Bang!
La mano de Qi Yansong golpeó pesadamente el escritorio.
El repentino estallido asustó a los médicos imperiales, haciendo que bajaran aun más la cabeza.
—¡Si mi hijo muere, haré que ustedes, doctores incompetentes, lo entierren! Aunque sean médicos imperiales, ¡todavía puedo quitarles la vida! —exclamó Qi Yansong.