Wei Yichen tenía unos ojos profundos mientras observaba a Wei Ruo, pero sus pensamientos eran tan intensos que hacía difícil para cualquiera discernir sus sentimientos simplemente por su expresión.
Comparado con él, la reacción de Wei Mingting era algo indiferente. La sorpresa parpadeó en su rostro, pero rápidamente desapareció, lo que parecía implicar que, aunque inesperada, la noticia no era chocante para él.
Después de un rato, Chu Heng rompió el silencio y le dijo a Wei Ruo, —Hermana Nueve, tienes una perspicacia impresionante. Lo que estás haciendo está más allá del ámbito de los negocios ordinarios. Es, de hecho, un campo de estudio por derecho propio.