—¿Te atreves a decir que no me has hecho daño maliciosamente, que no me has provocado? —dijo Wei Ruo.
—El incidente en el que te hice daño fue un malentendido. Ya lo he explicado antes, fue o bien porque un sirviente astuto me engañó, o la situación era demasiado caótica y me confundí. No fue intencional. En cuanto a provocarte, realmente no hay nada que discutir. Quizás, cuando me sentía agraviada, no pude evitar decir algo en tu contra, pero solo fue porque estaba de mal humor —explicó Wei Qingwan.
—¿Has olvidado? No te preocupes, te ayudaré a recordar, por ejemplo… el incidente en el que intencionalmente fabricaste una falsa fecha de nacimiento para usurpar el papel de la concubina —dijo Wei Ruo.
—Tú... ¿de qué estás hablando? —Wei Qingwan parecía completamente sorprendida.