—Si Fuqing, apoyando su barbilla con su mano, comenzó a reflexionar.
—Little Bai echaba miradas entre Yu Xiheng y Si Fuqing, sus mejillas esponjosas sostenidas por sus pequeñas patas, cayendo en un silencio contemplativo.
—No podía evitar preguntarse si su humano había sido superado en astucia. ¿Debería intervenir?
—Mientras Little Bai lamía su pata, listo para saltar a los brazos de Si Fuqing, de repente captó el aroma de la comida. Sus orejas se alzaron, localizando rápidamente la fuente del aroma.
—Aprovechando el momento mientras Si Fuqing estaba absorta en sus pensamientos, se lanzó hacia Yu Xiheng y engulló un pedazo de lingote de oro, eructando satisfecho después.
—Bueno, si el humano iba a ser engañado, no era su pérdida.
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