Nian Yi'an giró la cabeza, su voz teñida de sorpresa —¿Por qué ha vuelto mi hermana a esta hora? ¿No está ocupada filmando?
—Qingqing actuó excepcionalmente bien, así que el director le concedió tres días libres —respondió Ye Zhenmian, su rostro nublado de preocupación—. ¿Qué estaba pensando tu padre al permitirte acompañar a Qingqing jugando videojuegos? Tus habilidades en juegos son, en el mejor de los casos, un mero accesorio a su destreza.
Nian Yi'an se quedó sin palabras.
¿Dónde queda su estatus familiar?
—A Qingqing le encantan las alitas de pollo con coca y las albóndigas agridulces —declaró Ye Zhenmian—. Deberías llevarle eso.
Con una expresión impasible, Nian Yi'an fue a la cocina y sirvió los dos platos a Lin Jihuan.
Observando comer a Si Fuqing con alegría, suspiró.
Tal vez debería volver a sus estudios.