El Protector Marido Loco Si Fuqing (2)

Con un fuerte estruendo, la puerta se cerró y el mundo se aquietó.

Si Fuqing se giró para inspeccionar el rostro del joven.

La noble consorte imperial había abofeteado con fuerza, dejando una clara huella de una mano.

Pero él ni lloró ni mostró ningún cambio en su expresión.

Su calma solo lo hacía parecer más lastimoso.

Sin perder un momento, Si Fuqing corrió hacia la oficina médica imperial, tomando de manera poco cortés la mejor medicina disponible.

Mientras aplicaba el ungüento en el rostro del joven, escribía en el suelo con su otra mano.

—Te golpeó, ¿por qué no te esquivaste? Te dio a luz pero no te crió; ella no es tu madre. —recordó los registros históricos que detallaban la segunda mitad de la vida de la concubina imperial. No depuesta, pero confinada en el palacio frío, una vida peor que la muerte.

El joven tosió ligeramente y dijo con indiferencia —Porque sabía que vendrías.

Si Fuqing se sorprendió, y luego frunció el ceño.