Él la miró con tanta asombro en sus ojos. Si tuviera el sistema que ella tenía y al dragón, él... interrumpió sus pensamientos de volar salvajes porque no quería imaginarse como el tipo de persona que podría andar matando a cualquiera que se le cruzara. También le alarmaba porque parecía que con algo tan poderoso, uno podría fácilmente convertirse en un monstruo como Lai Yanfang.
Pensar en Lai Yanfang le recordó la última conversación que tuvo con la mujer y todas las cosas vagas que dijo.
Se sentó derecho y le agarró los brazos y luego preguntó con firmeza.
—¿Estás en peligro? Lai Yanfang dijo que vendrían algunas personas por ti —le preguntó él.
Ella inclinó la cabeza de lado a lado:
—Mmm, no sé. Definitivamente hay peligro que viene con ser un anfitrión del sistema en el otro mundo y en este —respondió ella.