Zhang An miró alrededor, echando un vistazo a las otras hijas de los hombres Zhang como ella.
—Sin ofender a ninguna de ustedes, después de todo soy como ustedes, sin acciones, lo cual está bien. Lo que hago es probarle un punto a mi tía —sus ojos encontraron a Zhang Lei y Huan Jiao de nuevo—. Seamos honestos, solo están celosas, ¿verdad? Especialmente tú Huan Jiao, has estado esparciendo rumores sobre Alix porque a todos les gusta ella. ¿Cómo no vamos a quererla? Ella es pura, amorosa, generosa y adorable, a diferencia de ti.
—Todo lo que haces es maquinar cómo sacar dinero de nuestros abuelos y hacer valer tu influencia en público usando el nombre Zhang, entonces ¿cómo podemos gustarnos cuando tu carácter está podrido?
Huan Jiao frunció el ceño a Zhang An.
—¡La que debería hablar! Tu carácter tampoco es bueno y si no fuera por el dinero gastado en sobornos probablemente estarías sentada en alguna prisión —replicó Huan Jiao.