En la ciudad oculta, Caishen y los Tai habían encontrado un lugar para relajarse mientras esperaban a Alix. Estaban en el restaurante de puerta giratoria en la ciudad, en el cuadragésimo piso de un edificio que tenía vista al bosque misterioso de la ciudad. No les habían permitido entrar a las habitaciones altamente protegidas donde se monitoreaban las misiones, por lo que solo podían esperar el resultado de la lucha.
Caishen les había asegurado que Alix estaba bien, su propio sistema podía comunicarse con el de ella. Esta noticia les tranquilizó y esperaron con calma.
Era la primera vez que los Tai visitaban la ciudad oculta y, con el corazón tranquilo, finalmente se asentaron y contemplaron los sitios.