En el escenario, la orquesta ensamblada de instrumentistas se preparaba para comenzar a tocar. Sus instrumentos brillaban bajo el suave resplandor de la luz de la luna. Mientras Alix caminaba hacia el escenario, la luz de la luna viajaba, siguiéndola como una sombra.
La asesina oculta que se había infiltrado en la orquesta se movía sigilosamente, usando el violín como cobertura y lanzó una pequeña aguja envenenada hacia Alix.
No la pinchó como se esperaba sino que encontró una barrera invisible y se convirtió en polvo. Un hombre detrás de esa asesina le clavó una inyección translúcida en el cuello con un líquido rojo y en la oscuridad, fue alejada. Otra persona tomó rápidamente su lugar.
No había ninguna persona ordinaria en esta orquesta, todos habían sido dispuestos por el capitán como parte de la operación. Eran anfitriones del sistema ocultos de todo el mundo, con muchos talentos, trabajando como espías en diferentes organizaciones.