Alix rodó lentamente los ojos, Lexian sonaba como esas típicas malas de película de té verde. Cuando las cosas se le arruinaban, se daba vuelta y se hacía la víctima.
—Esta chica, de verdad que sabes cómo hablar y convertir el negro en blanco. Tu boca es realmente venenosa, alguien debería coserla con hilo y aguja. Estoy dispuesta a ser voluntaria para la tarea ahora mismo —comentó Mantis.
Alix puso una mano sobre Mantis y la detuvo, ella podía manejar esto fácilmente por sí sola.
—Acepto tu disculpa pero no te voy a perdonar. Lexian, te he pedido muchas veces que te comportes y seas respetuosa, incluso Caishen te advirtió. En lugar de eso, te encerraste en tu actitud y hasta usaste a la tía Lei torcida como tu arma para apuntarme.
He sido paciente y respetuosa porque eres la prima de mi esposo. Pensé que, como somos familia, merecías al menos tres oportunidades antes de que te cortara. Ni siquiera me quejé a los mayores por tu grosería porque no me molestaba tanto.