Kisha comenzó a sentirse emocional. Después de enfrentarse a innumerables desafíos, finalmente estaba a punto de alcanzar el Nivel 2, mucho más rápido que en cualquiera de sus vidas pasadas. Ahora era más fuerte, mucho más de lo que había sido antes.
Con una profunda inhalación, Kisha cerró los ojos sintiendo el flujo de energías dentro de ella. Aunque las energías permanecían distintas, trabajaban en armonía, cada una cediendo a la otra mientras recorrían su cuerpo.
Después de notar los cambios en su cuerpo, Kisha se tomó un momento para mirar a Rosa, que yacía a unos pocos pies de distancia. Comprobó dos veces si Rosa se estaba moviendo, pero al encontrarla todavía profundamente dormida, Kisha retomó lo que estaba haciendo.
Marcus llegó poco después, cargando tres canastas llenas de una variedad de frutas y verduras espirituales.