Reconociendo que Rose estaba en un estado de confusión, creyendo que se había transformado en un zombi y posteriormente había sido asesinada, Kisha le sonrió gentilmente.
Ella asintió en reconocimiento a los pensamientos de Rose antes de ofrecer su propia explicación.
—Sí, no moriste. De hecho, has despertado tus habilidades después de ser mordida —Kisha colocó su mano en el hombro de Rose, dándole una palmadita tranquilizadora antes de continuar—. Hiciste un trabajo increíble luchando contra el virus que invadió tu sistema, convirtiendo una situación desesperada en una oportunidad para hacerte más fuerte.
Los ojos de Rose se abrieron de par en par ante las palabras de Kisha. Sus labios temblaron mientras sus ojos se enrojecían, las lágrimas amenazaban con derramarse.
Estaría mintiendo si dijera que no había estado aterrorizada cuando se dio cuenta de que había sido mordida, pensando que era el final para ella.