De vuelta al lado de Duque, después de que todos acordaran a regañadientes asignarle la misión de limpiar las alcantarillas, las preocupaciones aún persistían, especialmente de su madre.
Sin embargo, todos regresaron a sus respectivos despachos para retomar su trabajo.
Mientras tanto, Duque envió a Kisha y Buitre a continuar con su tarea en la construcción del nuevo muro, ya que el tiempo era esencial; solo les quedaban siete días para completarlo y aún se necesitaba hacer un progreso significativo.
Aston y Duque se dirigieron al salón central, directo al archivo donde los funcionarios guardaban todos los archivos y documentos importantes.
Este archivo albergaba principalmente los planos de la ciudad y la información del proyecto, junto con detalles de algunas operaciones militares menos críticas relacionadas con la defensa y la seguridad de la ciudad.
Habiendo estado allí antes, Aston navegó por el archivo con facilidad, asegurándose de que nadie interfiriera con sus esfuerzos.