Como locales de Ciudad Puerto, estaban íntimamente familiarizados con cada rincón y grieta del área, lo que alimentaba su confianza en sobrevivir la noche.
Una vez que descendió la oscuridad, se dirigieron sigilosamente hacia el bosque, sus corazones latiendo con anticipación.
Al ver el camión de Sparrow camuflado entre los árboles, una sonrisa se esparció por sus rostros.
Intercambiaron miradas cómplices, convencidos de que una vez eliminado Sparrow y su equipo, reclamarían esos camiones como propios.
El pensamiento de conducir a casa en los mismos vehículos que una vez habían servido de refugio para sus enemigos los llenaba de un sentido de triunfo.
Mientras esperaban, el tentador aroma de la comida que emanaba del campamento de Sparrow se filtraba a través de los árboles, haciendo que sus estómagos rugieran de hambre.
El olor de la carne chisporroteante solo intensificaba su odio por Sparrow, alimentando su determinación para confrontarlo a él y a su equipo.