El palpable ansia de sangre emanando de Gorrión dejaba claro que era más que capaz de enfrentarlos a todos si llegaba a eso.
El líder percibía la tensión subyacente en el aire, sintiendo el peso del desafío no pronunciado de Gorrión.
Era evidente que Gorrión estaba dispuesto a matar si era necesario, sin embargo, también estaba extendiendo una rama de olivo, enmarcando la situación como un malentendido.
El líder luchaba con pensamientos contradictorios.
Una parte de él reconocía la oportunidad que Gorrión estaba ofreciendo: una oportunidad para que ambas partes evitaran un derramamiento de sangre innecesario.
Sin embargo, una duda persistente se colaba en su mente.
¿Era esto simplemente una estratagema, una forma de psicología inversa diseñada para permitir que Gorrión y su equipo escaparan de la responsabilidad por sus acciones?
Después de todo, fue él quien inicialmente emitió la amenaza, y la fría respuesta de Gorrión bien podría interpretarse como una contraamenaza.