Media hora había pasado sin ningún rastro de movimiento del otro lado, y comenzó a dudar de sí mismo.
¿Realmente estaba en peligro, o simplemente imaginaba sombras en la oscuridad?
La falta de una amenaza inmediata lo hacía sentir inseguro; era inquietante estar en alerta cuando el enemigo permanecía invisible.
Tomó una respiración profunda, afianzándose en el presente.
La duda era un peligroso compañero en momentos como este.
En lugar de sucumbir a ella, se recordó a sí mismo los hechos: habían encontrado demasiados ataques organizados últimamente como para ignorar la posibilidad de un zombi evolucionado acechando cerca.
Duque forzó su enfoque de nuevo en su equipo, observando sus rostros mientras permanecían vigilantes, listos para cualquier señal de peligro.
Su confianza en él le daba fuerza. Necesitaban un plan, y estaba determinado a formular uno que los mantuviera vivos, ya fuera enfrentar la amenaza de frente o encontrar una forma de pasar inadvertido a su lado.