Capítulo 485 Cuando hay una belleza cerca

En su mente, ya no se veía como el Dios de la Guerra descrito, sino como un dios de la muerte, despiadado e implacable.

La capa se arremolinaba con el viento, su emblema de león dorado ahora empapado en rojo, ya que estaba empapado en sangre.

El cielo sobre él se había vuelto de un rojo intenso, que hacía juego con la hoja de la lanza manchada de sangre, la cual todavía estaba clavada en el cuerpo del último enemigo caído que había derrotado.

—¿Realmente te gusta tanto? —la voz de Kisha lo sacó de sus pensamientos.

Asintió con entusiasmo, como un niño recibiendo un regalo de su persona favorita.

Una dulce sonrisa infantil se extendió por su rostro, y Kisha no pudo evitar sonreírle a cambio.

Aunque no habían encontrado muchos objetos valiosos, conseguir una de las piezas del conjunto aún era considerado un triunfo a sus ojos, y se sentía bien tener algo tangible que mostrara por sus esfuerzos.