Sus pensamientos corrían, y sin darse cuenta, Duque la había estado observando en silencio.
Se recostó contra el costado, apoyando el brazo casualmente sobre la superficie, su mano sosteniendo su rostro mientras observaba la gama de expresiones que atravesaban el rostro de Kisha.
Encontraba sus reacciones tanto fascinantes como divertidas, una sonrisa surgiendo en las comisuras de sus labios.
Tras comenzar a desvanecerse la emoción de Kisha, se dio cuenta de la intensa mirada de Duque.
Girándose hacia su lado, encontró a su esposo mirándola con una sonrisa gentil, pero sus ojos llevaban una intensidad ardiente que le hizo sonrojar las mejillas.
Avergonzada, ella golpeó su frente, pero su acción solo hizo que Duque se riera a carcajadas mientras la atraía fácilmente hacia sus brazos.