Al ver a todos trabajando arduamente, Kisha y Duke decidieron unirse.
Mientras los hombres de Winters se centraban en cortar árboles, Kisha subió a la montaña y usó su telequinesis para extraer tocones de árboles del suelo sin esfuerzo.
Lanzó los tocones al aire libre, dejándolos secar para que luego pudieran ser quemados y procesados en carbón.
Pero los esfuerzos de Kisha no se detuvieron ahí.
Después de retirar cada tocón, ella plantó cuidadosamente semillas en su lugar, con la esperanza de que eventualmente crecieran en árboles nuevos.
Su objetivo era asegurarse de que el ecosistema dentro de su territorio no sufriera por la deforestación.
Aunque no había animales salvajes en su dominio, Kisha comprendía la importancia de preservar el verdor de las montañas.
Mantener el bosque intacto no solo beneficiaría al medio ambiente, sino que también proporcionaría recursos valiosos en el futuro.