Parecía que cuanto más sintetizaba el mismo artículo, menor era la tasa de éxito, o quizás la tasa de éxito disminuía con niveles de síntesis más altos.
Para confirmar su teoría, Kisha hizo clic en el botón Iniciar de nuevo.
El sistema indicó un tiempo de espera de cinco minutos para completar el proceso, así que ella regresó al campo de batalla, continuando su estrategia anterior con precisión y determinación.
Kisha continuó usando su telequinesis para hacer explotar las cabezas de los zombis como melones demasiado maduros.
Para entonces, los guerreros y soldados ya no se sorprendían; ya habían deducido que era obra de Kisha. Sabiendo esto, su sensación de seguridad creció, y su espíritu de lucha se elevó a nuevas alturas.