Tan pronto como el carrito de golf llegó, Reeve ayudó amablemente a Duque a sentarse.
Los ojos de Duque estaban cerrados, su respiración superficial, pero a pesar de su agotamiento, aún sostenía firmemente su lanza en su mano—ya dormido.
Después de acomodarlo cuidadosamente en el carrito y asegurarse de que fuera llevado al muro oeste, Reeve asintió al conductor.
—Cuida bien al Vice Señor de la Ciudad —instruyó Reeve, su voz firme pero llena de preocupación—. Asegúrate de que descanse lo que necesita.
Reeve observó cómo el carrito de golf que llevaba a Duque desaparecía lentamente en la distancia antes de subir de nuevo al muro.
Clyde había tomado el puesto de Duque, ahora comandando al resto del equipo. Reeve se paró a su lado, y mientras su presencia combinada resonaba, sus 'Talento' y 'Don' se activaban, creando una sinergia grupal que potenciaba la fuerza de todos.
En el momento en que esta energía surgió a través del equipo, tuvo lugar un cambio profundo.