Después de firmar el contrato, el grupo inició una barbacoa sobre una llama abierta.
Algunos se asaban sobre carbón, como calamares rellenos, langosta en mantequilla y pulpo, mientras que los peces más grandes se asaban sobre la fogata.
Kisha quería ayudar, pero Duke no se lo permitía, y tampoco lo hacían los demás.
Primero, porque este era su territorio y ya sentían que se beneficiaban lo suficiente solo por estar allí.
En segundo lugar, se sentirían incómodos viéndola ocuparse con tanto afán cuando ya había hecho mucho por la base y todos en ella.
En realidad, tampoco querían que Duke ayudara, pero él insistía en cocinar personalmente para su esposa. Nadie podía impedirle mimar a Kisha.