—Ahora, dinos qué sucedió. Todos pensábamos que ya estabas muerto —dijo Buitre, quien no podía esperar a que Duque respondiera, mientras Kisha se acomodaba en el regazo de Duque como un gato. Duque no trató de detener a Buitre de interrogar a Gorrión, percibiendo que Kisha estaba curiosa por la respuesta.
—¿Muerto?! ¿Cómo podría morir sin siquiera saber que morí? —Gorrión frunció la nariz mientras miraba a Buitre con desdén.
—Recuperamos un cuerpo del pozo bajo el árbol mutado, junto con tu placa de identificación. Antes de eso, seguimos tu rastro de sangre desde el campo de arroz, donde encontramos tu walkie-talkie manchado de sangre, que nos llevó al nido del árbol mutado. Después de derrotar al árbol mutado, buscamos en su nido y trajimos el cuerpo de vuelta a la base. Esta vez, planeamos enterrarlo junto a nuestros otros hermanos —relató Buitre a Gorrión lo que él, Kisha y Duque habían hecho para que estuvieran en la misma página.