Incluso Keith no pudo evitar sentir una punzada de celos, sabiendo lo fuertes que se habían vuelto. Sin embargo, al mirar hacia atrás en su propio progreso, se dio cuenta de que él tampoco estaba quedándose atrás.
Su dominio sobre su habilidad despierta de Tipo Mental había mejorado significativamente—lo que antes requería un esfuerzo inmenso solo para conjurar una simple imagen 3D de un conejo ahora había evolucionado hasta la capacidad de crear una ilusión realista de cien hombres armados.
Eso ya era un salto tremendo hacia adelante. Con esto en mente, Keith se tranquilizó, apartando su envidia y enfocándose en su propio crecimiento.
Notando sus expresiones, Kisha sacó tranquilamente cientos de botellas de miel de la Abeja Escarlata, llenando la mesa con ellas.