Horas más tarde…
Allison arrastraba los pies escaleras abajo, sosteniendo un vaso vacío de agua. Sus pasos eran cuidadosos mientras bostezaba, alcanzando el primer piso de la mansión. Sin embargo, sus pasos se detuvieron cuando vio a su hija sentada en el sofá en la sala de estar.
—¿Penny? —llamó, frunciendo el ceño. Sin embargo, Penny no respondió, como si estuviera absorta en sus pensamientos. Entonces Allison se acercó a Penny y se inclinó ligeramente. —¿Penny?
Esta vez, Penny abrió los ojos de golpe y movió instintivamente hacia la dueña de la voz. —Mamá.
—¿Por qué sigues despierta? —preguntó Allison, abrazándose con su bata de seda mientras se sentaba al lado de Penny. —¿Está todo bien?
—Mhm. —Penny sonrió. —Solo estoy esperando a que lleguen a casa.
—Ay. —Los ojos de Allison se suavizaron mientras miraba a Penny con una sonrisa. —¿Estás preocupada por tu esposo? Está con tu papá, así que todo va a estar bien.