La pesca era diferente a cualquier otro deporte que los jóvenes pudieran esperar, ya que requería mucha paciencia, buen tiempo y feroz competencia. También era un gran pasatiempo para relajarse y disfrutar. Después de varias rondas de competencia para ver quién tenía más capturas, los hombres crearon una hoguera junto a la orilla para disfrutar de los frutos de su arduo trabajo.
—Esto está muy bueno —comentó Slater mientras comía el pescado asado por Hugo—. Segundo Hermano, no sabía que realmente sabías cocinar.
Hugo sonrió con orgullo, sentado en el mismo tronco que su tercer hermano. —Nadie cocina por nosotros en el campo de batalla, por si no lo sabías.
—Vaya... Estoy tan orgulloso de mí mismo por haber elegido una mejor carrera.
...
—Pero Segundo Hermano, ¡esto está genial! ¡Buen trabajo! —Slater irradiaba felicidad mientras seguía comiendo la comida que su segundo hermano había preparado para todos, consecuencia de haber tenido las menos capturas.