—Hemos terminado de hablar. Se acabó, y los dos estuvimos de acuerdo con eso.
Nina se secó los ojos con el dorso de la mano, recordando las palabras que le había dicho más temprano ese día. Devolviendo rápidamente la vista donde yacía Finn, sus labios temblaron mientras su corazón se le desgarraba. Apretó más fuerte su mano, esperando que un apretón fuera suficiente para despertarlo.
Pero, ay, sabía que no era suficiente.
Con el latido de su corazón escuchado a través de un bip y su vida siendo monitoreada por algunas líneas, sabía que no era suficiente. Nina sostuvo su mano, alcanzando a tocar su mejilla vendada.
—Finn —susurró, casi ahogándose en su respiración—. Cariño... lo siento.