¿Alguna vez lo haría?

—Hey, hey~ —Yugi se apoyó en el marco de la puerta, con los ojos puestos en Penny detrás de su escritorio. Levantó unas cuantas hojas de un documento, sonriendo—. ¿Adivina qué es esto?

Las cejas de Penny se alzaron, y al ver su cara, sus labios se estiraron en una sonrisa—. ¿Ya está listo?

—¿Acaso es una pregunta? —se rió él, entrando y dejando los papeles frente a ella—. Echa un vistazo. Estas son las inscripciones iniciales, Penny.

—Hehe. —Penny agarró los papeles, hojeándolos con emoción—. Vaya, muchos nombres conocidos, veo.

Yugi balanceó la cabeza, con las manos en el borde del escritorio, los ojos en Penny—. Bueno, un premio de un millón de dólares está destinado a sacar gente de hasta debajo de las piedras.

—Heh. —Penny se recostó, complacida—. Buen trabajo.

—No hice mucho. —Yugi se alejó, parpadeando—. Penny, ¿estás segura de esto?