Si no lo hago, me aseguraré de que sepa que puedo.

—¿Quién eres?

—¿Qué quieres?

—¿Por qué... yo?

Esas eran las pocas preguntas que Penny tenía para Jonathan cuando confirmó su existencia. El momento en que se dio cuenta de que Jonathan Pierson no era solo un alias, más preguntas comenzaron a aparecer en su cabeza cada vez que pensaba en él.

—¿Por qué estaba allí en el día de su ejecución? ¿Por qué quería ver su fin?

Al principio, Penny pensó que el ataque a su familia era todo lo que había. Pero a medida que las cosas se desenvolvían lentamente, pieza por pieza, más preguntas llenaban su mente. Desafortunadamente, solo unas pocas fueron respondidas, dejándola con dudas persistentes.

—Jonathan Pierson —susurró, sentada en el sofá, rodeada de regalos de la familia Pierson. En su mano tenía una caja abierta con un pequeño cinturón dentro.