No apuesto en apuestas injustas!

—¡Ja! ¿Quieres poner eso a prueba? —dijo Hugo con una sonrisa burlona.

Un sentido de déjà vu se apoderó instantáneamente del corazón de Atlas en el momento en que vio a Hugo señalando en su dirección. Pero cuando escuchó la réplica de Max, se sintió como aquella vez otra vez. Añadiendo lo que probablemente diría Zoren ahora, Atlas sabía que este día pondría a prueba su paciencia por encima de todo.

—¿Juegas baloncesto? —preguntó Zoren, mirando a Atlas con curiosidad.

—Guau, Señor Primer Hermano, eres más talentoso de lo que pensaba —añadió Benjamín impresionado.

Hace doce años, la persona que hacía este tipo de comentarios al margen era Penny. Atlas soltó un suspiro al ver cómo todos lo miraban y entonces, él... sonrió.

—Por supuesto —dijo Atlas, dando unas palmaditas en la espalda de Zoren—. No nos importaría un partido amistoso.