—Así que tu nombre no es Plus One, ¿eh? —una de las mujeres que entrevistaba a Jonathan reflexionó—. Eres Jonathan. Qué bonito nombre.
—¿Alguien te ha dicho que tu nombre te queda bien? —comentó otra coquetamente—. Suena bien.
—Lo sé, ¿verdad?
—Dios ha dado —de repente, la voz de Penny se escuchó cerca, haciendo que las mujeres se giraran para verificar.
Allí, acercándose a ellas, estaba Penny, su traje ajustado rebotando un poco con cada paso. Penny sonreía, deteniéndose a unos pasos de ellas, con la mirada puesta en Jonathan.
—Penny, ¿de qué hablas? —preguntó una de las señoras.
Penny sonrió con malicia, mirando a las damas. Sin embargo, no respondió porque Jonathan le ganó la palabra.
—El significado de mi nombre… como dicen otros —él reflexionó, volviendo a fijar sus ojos en Penny—. Qué placer ser abordado por el… dios de este club de fans.
—¿Estoy interrumpiendo tus interacciones sociales?