Una primera agonía nacida

—Jeje. Estaba bastante molesto por lo de anoche. Estaba en el coche, por cierto. Y estaba un poco enfadado, pero ya está bien.

Theo y su padre sintieron cómo sus corazones se hundían en el fondo de sus estómagos mientras miraban a Penny sin expresión.

¿Acaba de decir que Zoren estaba en su casa con ella anoche?

Ambos, padre e hijo, lentamente levantaron la vista, recordando lo sucedido la noche anterior.

Anoche, en la casa de la familia Miller:

La familia se había reunido en el comedor. Los únicos sonidos que escuchaban era el tintinear de los cubiertos contra los platos. Theo y su padre lucían agotados como de costumbre, sin rastro de la confianza o arrogancia que alguna vez tuvieron. La Sra. Miller estaba sentada en silencio, su rostro marcado por la irritación.

Mientras Theo colocaba otro cubo de patata en su plato, sus ojos se desviaban hacia la silla vacía de la mesa. —¿Dónde está Patricia otra vez?