—Al ver la seriedad de Fang Hou, Zhuang Qingning finalmente no tuvo más remedio que seleccionar una lata de hojas de té para guardar.
—El resto, sin embargo, fueron todos devueltos por Fang Hou.
—Fang Hou intentó rechazarlos durante mucho tiempo, pero cuando vio que no podía negarse, aceptó los regalos ordenados por Zhuang Qingning, le agradeció profusamente y luego se despidió.
—Zhuang Qingning clasificó los regalos de Fang Hou, registrando cada artículo en un libro de contabilidad. Esto facilitaría devolver estos favores en el futuro.
—Especias, hojas de té, telas, medicinas...
—Zhuang Qingning lo encontró todo un poco abrumador.
—Debe decirse, Cheng Ruize fue demasiado cortés. La variedad y cantidad de regalos eran considerables.
—Y estos artículos, además de las especias con las que podría jugar, el resto tardaría un tiempo en usarse.
—Zhuang Qingning pensó un poco y comenzó a categorizar los artículos, con la intención de regalar algunos.