Normalmente, se organizaría la residencia en el Qingzhuyuan, con un día libre cada diez días para regresar a casa.
Todos estaban bastante satisfechos con este arreglo.
Solo Zhuang Qingning suspiraba.
Pues de repente, el patio, usualmente lleno de risas, se quedaba solo con ella y Bola de Nieve, una mujer solitaria y su gato, una situación a la que le costaba acostumbrarse.
Además, a medida que el negocio aumentaba constantemente, le resultaba difícil mantenerse al día ella sola...
Tras reflexionar durante una noche, Zhuang Qingning fue al pueblo del condado al día siguiente.
No se molestó en ir a otro lugar, se dirigió directamente al corretaje.
El corretaje estaba lleno de actividad en ese momento.
Como la siembra de primavera acababa de terminar y la cosecha de verano aún no llegaba, era un tiempo de transición. No pocas personas estaban vendiendo sus campos, casas o incluso a sus hijos.
Con tantos vendedores, naturalmente también había muchos compradores.