Justo en ese momento, un conductor, que había oído hablar del incidente, llegó.
—¿Qué ha pasado?
Detrás de él seguía un hombre apuesto, nada menos que Gu Yingzhou.
La cara de Gu Yingzhou cambió instantáneamente cuando vio la sangre roja brillante saliendo del dedo de Lin Tang.
Se apresuró al lado de Lin Tang, queriendo tocar su 'herida', pero dudó, sin conocer la situación.
—...¿Qué ha pasado aquí? —La expresión del hombre era severa, como si estuviera cubierta de escarcha.
Lin Tang, viendo que la situación se agravaba, tiró sutilmente del dedillo de Gu Yingzhou y negó con la cabeza sutilmente para indicarle que estaba bien.
Gu Yingzhou captó la señal y, viendo los claros ojos de la joven y sus labios rosados y húmedos, exhaló aliviado.
Luego su mirada se desplazó hacia la mancha de sangre en el suelo, e instantáneamente comprendió, encontrando la situación tanto cómica como absurda.
—Esa... mancha de sangre fue esparcida con una mano, ¿verdad? Es demasiado falsa.