La madre de Zhou Wang suspiró aliviada.
—Es bueno que tengas algo —dijo—. La Familia Zhou depende de la tierra para vivir, y los tiempos son difíciles.
Su nuera dio a luz a un precioso nieto, pero no tenía leche. Después de muchas dificultades, encontraron leche de cabra en el pueblo, pero el bebé la vomitó enseguida.
Sin otro recurso, no tuvo más opción que probar suerte en la casa de la familia Lin.
—Zhou Mei se burló de manera inapropiada, mofándose: "Es solo la buena fortuna de ese niño tener un pedazo de carne extra al nacer. Si no... ja".
—Ella es la verdadera hija, pero es la primera en ser abandonada por la familia ante el primer signo de problemas —comentó con sorna.
¿Qué habría sido del pequeño lactante si no hubiera tenido ese pedazo de carne?
Lin Qingshui conocía el nudo en el corazón de su esposa.
—Suspiró profundamente, consolándola con voz baja: "No pienses demasiado; tenemos que mirar hacia adelante."