—La Consorte Imperial tiene razón —rió Linghe al oír esto.
Pensando en que pronto se convertiría en la consorte del Rey de la Victoria Eterna y que simplemente al dar a luz a un hijo podría elevar su propio estatus gracias a su hijo, Linghe se sentía aún más feliz.
...
Por un lado, Linghe estaba tramando en secreto casarse con Xiao Changyi como una consorte; por el otro, Xiao Changyi y An Jing acababan de terminar su baño y se estaban vistiendo.
A pesar de haber estado casados durante más de un año, la dulce e íntima cercanía entre ellos no sólo persistía, sino que se hacía más fuerte; incluso la simple tarea de vestirse se convertía en un prolongado encuentro lleno de tiernos halagos.