—No necesitas que él acepte... —Escuchando a Xiao Changyi decir esto, An Jing encontraba cada palabra agradable de escuchar y dulce para su corazón, sin importar cómo lo escuchara.
—Solo necesito que tú me aceptes, ¿verdad? —An Jing abrazó la cintura de Xiao Changyi, inclinó su rostro hacia arriba y sonrió juguetonamente mientras preguntaba.
—Mhm. —Xiao Changyi realmente asintió.
—¿Cuándo me aceptaste? —preguntó An Jing.
—En el primer momento en que te vi. —respondió Xiao Changyi.
—Marido, realmente eres audaz, ni siquiera temes que pudiera ser algún demonio o fantasma, y así de fácil te encanté. —An Jing inmediatamente lo alabó.
—No solía temer a nada. —Xiao Changyi dijo indiferentemente.
—No temiendo ni siquiera a la muerte, ¿de qué más había que tener miedo? —An Jing sintió un dolor en el corazón, apretó su abrazo alrededor de la cintura de Xiao Changyi, y aún así preguntó con una cara sonriente—. ¿Cómo es que siento que ahora sí tienes miedos?