He Tiantian se sorprendió un poco; se dio cuenta de que Huo Yingjie hoy era bastante diferente a antes.
—Te has ocupado de mí por algún tiempo, y has perdido peso —dijo Huo Yingjie con voz suave, sus labios dibujando una sonrisa.
He Tiantian no se había preocupado por comer pero preguntó suavemente, —¿Eres Hermano Yingjie?
—¡Sí! —Huo Yingjie asintió y le tocó la nariz—. ¿Qué pasa? ¿Estás preocupada por mí?
—¡Mm-hmm! —He Tiantian asintió seriamente—. Sí, estoy muy preocupada por ti. Siempre tengo miedo de que te hagan daño, siempre tengo miedo de que no puedas recuperar tus memorias anteriores. Ahora, cuéntame algo que sucedió entre nosotros que nadie más sepa.
—¡Sigues siendo tan traviesa! —Huo Yingjie se rió, y luego de pensarlo dijo—. Parece que quieres comer de nuevo esos caquis verdes en el patio.