—Al amanecer —He Jingyu, Secretario Qi y otros se enteraron de que tres ladrones de tumbas habían sido capturados y llevados al centro de detención en el Condado de Taoyuan para comenzar a interrogar a sus cómplices. Estos tres hombres tenían un sentido de lealtad; seguían afirmando que solo eran tres y no delataron al Segundo Hermano Lu ni a Ma Si.
—Sabían que en su línea de trabajo, decir la verdad solo agravaría sus crímenes y no reduciría su condena ni les ayudaría a evitar la prisión. Ya que había llegado a esto, podrían resignarse a su destino.
—Además, tenían la esperanza de que el Segundo Hermano Lu y Ma Si lograran escapar.
—Esperaban que pudieran cuidar de sus familias y esposas en casa, pues si todos ellos eran capturados, entonces sus familias enteras, viejos y jóvenes, no tendrían a quién recurrir.