La bondad de He Tiantian, la cual él agradeció con gratitud.
—No es necesario, Tiantian, puedo manejarlo yo solo. Ahora siento que mi cultivación está progresando extremadamente rápido, y estimo que pasaré por mi Tribulación hoy, el segundo día del segundo mes lunar, cuando el dragón levanta su cabeza. Gracias por tu preocupación, pero necesito cultivar ahora —dijo el Rey Serpiente suavemente, sofocando la amargura en su corazón.
No quería ver a He Tiantian ni a Huo Yingjie; quería estar solo.
—Eso es realmente genial, Rey Serpiente, puedes hacerlo, creo en ti —dijo He Tiantian—. Entonces me iré ahora, para no perturbar tu cultivación.
—¡Adiós! —el Rey Serpiente asintió, sus grandes ojos observando a He Tiantian como si quisiera memorizar su rostro en su mente.
Viendo que la Pequeña Serpiente Espíritu era sensata, el Señor Yingjie no guardó rencor por los asuntos triviales y no se lo hizo difícil.