Las palabras de Song Chunli hicieron que la Vieja Señora Huo estallara en una risa alegre.
—Cuando tenías celos de la segunda nuera, ¿acaso veías lo buena que era Lifang con el segundo hijo? —dijo la Vieja Señora Huo, recordando lo amorosos que eran el segundo hijo y su esposa, lo que le recordó su propia juventud.
—Eso es cierto —dijo Song Chunli con emoción—. En aquellos días, cuando los suministros eran escasos, la segunda cuñada llevaba cualquier manjar que conseguía al segundo hermano en su lugar de trabajo sin comérselo ella misma.
—¿Y el segundo tío nunca se dio cuenta de que se comía todo él solo? —preguntó Zhao Huanhuan en respuesta.